Todos hemos
oído alguna lo típico de que «no se puede vivir de la escritura». Sin embargo,
cada vez más, vengo viendo una tendencia que lo que pretende decir es que «no
queremos que un escritor pueda vivir de la escritura», y lo que menos se valora
de un libro es, curiosamente, el libro en sí.
Y todo esto me
recuerda a una biografía de Cervantes que leí hace tiempo (que nos recordaba
que murió en la miseria) donde contaba cómo un hidalgo francés (todo un cerebro
pensante de la Francia) dijo lo siguiente: «Si la necesidad lo obligó a
escribir, quiera Dios que nunca sea rico, para que con sus obras, siendo él
pobre, enriquezca a los demás.»
Qué ruin era ese Cervantes, que pretendía enriquecerse con la
cultura. Eso sólo está al alcance de la gente que realmente lo merece, como los
tertulianos de la tele.
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