viernes, 9 de diciembre de 2016

La Gaceta del Anduin número 1

   Hace mucho (veintitrés o veinticuatro años ya) en mi grupo de juego hacíamos una gaceta basada en nuestras andanzas en los mundos de D&D.

   Y ahora, como me ha entrado un poco de nostalgia, voy a hacer un homenaje a aquellos días haciendo una gaceta basada en la campaña de «Adventures in Midde-Earth» que he comenzado a arbitrar. Arranca aquí La Gaceta del Anduin.


lunes, 5 de diciembre de 2016

STAR WARS EPISODIO VI NO ERA TAN MALA



Como siempre he sido de gustos raros, y como siempre remo a contracorriente, me atrevo a decir que Star Wars Episodio VI, la considerada peor película de la saga original, no es tan mala (en comparación con las otras películas de Star Wars, me refiero) e incluso (aquí se rasga el velo del templo) tiene elementos que podrían haberla convertido casi en la mejor (argumentalmente hablando). Para este analisis voy a dividirla en tres: El rescate de Han Solo en Tatooine, la película propiamente dicha y un final que tira por tierra todo lo bueno que tenía por la única razón de que hay que darle un punto y final (porque, por aquel entonces, era la última película de Star Wars).

RESCATE EN TATOOINE

Hay quien dice que esto sobra, y yo creo que sí y que no. Sobra porque las tonterías de C-3PO y R2-D2 son de lo más cargantes (ese principio de Episodio IV prisioneros de los Jawas es soporífero), y porque no aporta nada a la trama. O puede que sí que aporte.

Pero tampoco sobra tanto. Primero porque Episodio V quedó en continuará y obliga a que se resuelva (podrían haber dado a Han Solo por perdido y pasar del rescate en Tatooine, pero a muchos no nos hubiera gustado que el canalla tuviera ese final: estatua de carbonita para siempre). Segundo: nos muestra que hay más en la galaxia de Star Wars que Imperio vs Rebelión, y que algunos personajes tenían un pasado antes de unirse a la Alianza Rebelde. Quizá ésa sea su mayor virtud; y su mayor defecto el humor exagerado (pero eso es una marca de Star Wars que a mí personalmente no me gusta y que está presente en todas las películas).

Y dejémoslo ahí. No es sobre este prólogo sobre lo que quiero hablar.

POR FIN: LOS REBELDES SON REBELDES Y EL IMPERIO ES UN IMPERIO

El conflicto de Star Wars es entre la Alianza Rebelde y el Imperio («Estamos en un periodo de guerra civil», decía en la introducción de la primera película). El Imperio Galáctico es despótico y tiraniza a la población con un gobierno de terror; y como respuesta surge una rebelión para evitarlo. Y ése es el problema que viene teniendo toda la saga: que los rebeldes no son proactivos, no buscan ayudar a la población civil ni ejecutan golpes contra el Imperio (por ejemplo, en la serie original de V —sí, la de los lagartos—, la resistencia organizaba golpes contra los visitantes —como en el que atentaron contra su líder delante de las cámaras de televisión para desvelar al mundo la verdad—, mientras que los rebeldes de Star Wars en ningún momento se han planteado descabezar o sabotear al Imperio). Sólo se esconden y reaccionan cuando los atacan.

En Episodio IV, se esconden en Yavin y se defienden cuando la Estrella de la Muerte les va a disparar. En Episodio V, se esconden en Hoth de un Imperio cuyo único objetivo es atacarlos, y la famosa batalla de Hoth se convierte en algo vacío cuando son ellos los atacados. Imaginaos que hubiera sucedido así: el Imperio está tiranizando y extorsionando a la población civil mediante sus poderosas maquinas de combate y de repente acude la rebelión a rescatar a la población civil (en el juego de ordenador de Rogue Squadron —creo, no estoy seguro de si era ése— sí que sucedía: una ciudad era atacada por los AT-AT y los rebeldes tenían que acudir al rescate). En Hoth no son héroes, no ayudan a nadie, no se oponen al Imperio. Si nunca los hubieran encontrado se hubieran quedado bajo el hielo para siempre. Entre sus planes sólo está escapar, no acabar con la tiranía del Imperio.

Pero en Episodio VI, por fin, la Alianza Rebelde es proactiva. Van a hacer un atentado deliberado contra una Estrella de la Muerte que no está a punto de dispararles. Van a eliminar la maquina de terror de Imperio para que la galaxia sea libre (y no para evitar que les caiga un pepinazo encima). Y, por fin, la Alianza Rebelde es una alianza rebelde, cosmopolita (uno de los crímenes que se le achacaban al Imperio en la declaración formal de la rebelión era el racismo, y por fin vemos alienígenas en las filas de la rebelión), con una flota. Y la piensan usar para atacar, no sólo para defenderse.

Además, conocemos a los cabecillas de la Alianza Rebelde (Mon Mothma, vestida con túnica blanca como claro contrapunto al Emperador), olvidados en todas las demás películas (de hecho, en Episodio III, hay rodadas unas escenas en las que aparecen Mon Mothma y los futuros cabecillas de la rebelión que fueron eliminadas porque ¡las consideraron poco importantes!).

Y el Imperio, por fin, es un Imperio, peligroso, letal, inteligente (recordemos la ridiculez del Gran Moff Tarkin —gran personaje muy desaprovechado— cuando le dicen que han analizado el ataque y conlleva peligro y a él le da igual —perdieron la primera Estrella de la Muerte por culpa de que Tarkin fue imbécil, le dijeron lo que estaba pasando y ni aún así se enteró—).

Palpatine demuestra que hace más que calentar el asiento cuando revela su plan maestro: ha sido él quien ha filtrado la ubicación de la Estrella de la Muerte y, en contra de lo que permitió saber, es completamente operativa. Todos sabemos quiénes eran los bothanos y porque murieron: ¡por absolutamente nada! (he aquí la verdadera crueldad de su sacrificio). Los bothanos obtuvieron sólo la información que la red de inteligencia imperial (por fin un Imperio que es muy, muy competente) les permitió obtener. Y, a pesar de que los querían dejar escapar, mataron a tantos de ellos que hizo parecer un enorme sacrificio y una pírrica victoria (en Episodio IV, cuando el Halcón Milenario escapa, Leia dice que ha sido muy fácil, que los han dejado escapar, mientras que nunca nadie lo supuso de los bothanos). Además, los espías imperiales conocen el refugio franco de la flota rebelde en Sullust y los dejan reunirse ahí porque quieren (mientras la Alianza Rebelde planea su atentado contra la Estrella de la Muerte el Imperio ya los está vigilando). El Imperio en Episodio VI es eficaz y peligroso.

Resultado: nuestros héroes llegan a Endor porque los dejan pasar (recordemos que fueron descubiertos en el espacio cuando trataban de pasar el escudo y estaban dispuestos a detenerlos cuando Darth Vader les facilita el paso). El Imperio sabe quiénes son, dónde están y lo que pretenden. Todo es un trampa (ya lo dice Palpatine) y, cuando se disponen a volar el generador, un grupo de élite de soldados de asalto los derrota y los apresa (los soldados imperiales, que llevan todo el tiempo sin pegar ni sellos, por fin son tropas de élite y ganan —el Imperio es un enemigo peligroso y eficaz, no unos patosos a los que puede derrotar un ewok, que ya llegaremos a eso—).

En el espacio, la flota rebelde cae en la trampa y las empieza a pasar putas (y si acaso pretender retirarse a su refugio seguro en Sullust caerán en otra trampa porque el servicio de inteligencia imperial ya conoce todos sus santuarios). Asistimos, por tanto, al golpe de mano del Emperador: el fin de la Alianza Rebelde.

Y qué decir de Luke Skywalker: por mucho que trata de resistir, cae en el lado oscuro al atacar a Darth Vader y…

Vamos a hacer un alto aquí, que es el punto donde todo lo bueno se fue a la mierda.

EL FINAL QUE PUDO HABER SIDO

Episodio VI se convierte en este punto en una película tremendamente oscura: la flota de la rebelión es aniquilada en el espacio, los que escapen a Sullust son emboscado allí y tendrán que acabar desperdigados hasta que la Alianza Rebelde sea sólo una leyenda que dé esperanza a una galaxia oprimida y tiranizada por un Imperio triunfante, con una nueva Estrella de la Muerte funcional y operativa.

Los líderes de la rebelión serán, seguramente, condenados a muerte en unos juicios sumarísimos; y Han Solo, Chewebacca y Leia acabarán prisioneros en un penal de mala muerte que haga parecer a Guantánamo un parque de atracciones.

Y Luke… Ay, Luke… Tras caer en el lado oscuro y matar a Darth Vader ocupa el lugar de su padre junto a Palpatine y se convierte en el nuevo señor oscuro y segundo al mando del Imperio.

Un final bastante oscuro que pondría un escenario bastante interesante de cara a una nueva película. Pero, en esos tiempos, no se pensaba hacer una nueva película así que…

El FINAL QUE, POR DESGRACIA, FUE

Es la última película… Tiene que tener un final feliz… Tienen que ganar los buenos… Y la última media hora desmonta todo lo que tenía de bueno la película.

De repente, los soldados de asalto vuelven a ser tan inútiles como en Episodio IV y V, y a no pegar ni sellos, ¡y son derrotados por los ewoks! Los rebeldes en el espacio comienzan a hacer milagros y a tumbar Destructores Estelares con cazas monoplazas. Y Luke Skywalker tira el sable de luz y Darth Vader se hace bueno.

Por arte de magia, sonaron las doce y la carroza de Palpatine se convirtió en calabaza por una única razón: porque los buenos habían sido puestos hasta las cuerdas de tal modo que no había manera de que ganasen si no se les echaba una mano… Y tenían que ganar, claro, que no había más pelis…

EN CONCLUSIÓN

Qué nadie se asuste. El mundo es el que es y Episodio VI salió como salió (y no como podría haber salido). Pero, a pesar de todo, no es tan mala.

Le sobran muchas cosas, claro. Le sobran los ewoks (que, curiosamente, fueron los primeros en ser franquiciados fuera de la saga con dos películas y dos temporadas de dibujos animados), le sobran los droides (que también fueron franquiciados con una temporada de dibujos animados en la que salía un pirata llamado Kybo Ren…), le sobran los chistes y el humor (pero eso es marca de fábrica de Star Wars, que incluso en Episodio V, en un momento tan dramático como la congelación de Han Solo, tenemos un C-3PO contando chistes que joden toda la fuerza de la escena), le sobra que Luke y Leia sean hermanos (pero eso ya estaba en Episodio V, no es un fallo específico del VI) y le sobra tanto final feliz.

Pero también tiene cosas buenas: por fin hemos vistos toda la flota imperial y rebelde (de la que han bebido todos los juegos de rol y de ordenador posteriores), hemos visto una Alianza Rebelde proactiva que trata de hacer algo bueno por la galaxia y no sólo escapar, y por un momento, sólo por un pequeño momento, hemos visto un Imperio que no daba vergüenza ajena y sabía lo que se hacía…

jueves, 1 de diciembre de 2016

UN CEREBRO PENSANTE DE LA FRANCIA



Todos hemos oído alguna lo típico de que «no se puede vivir de la escritura». Sin embargo, cada vez más, vengo viendo una tendencia que lo que pretende decir es que «no queremos que un escritor pueda vivir de la escritura», y lo que menos se valora de un libro es, curiosamente, el libro en sí.

Y todo esto me recuerda a una biografía de Cervantes que leí hace tiempo (que nos recordaba que murió en la miseria) donde contaba cómo un hidalgo francés (todo un cerebro pensante de la Francia) dijo lo siguiente: «Si la necesidad lo obligó a escribir, quiera Dios que nunca sea rico, para que con sus obras, siendo él pobre, enriquezca a los demás.»

Qué ruin era ese Cervantes, que pretendía enriquecerse con la cultura. Eso sólo está al alcance de la gente que realmente lo merece, como los tertulianos de la tele.

NUNCA PIDO CONSEJOS NI JAMÁS LOS DI



Nada mejor que esta frase del maestro Sabina para comenzar un nuevo blog en el que voy a hablar de… Bueno, de lo que me dé la gana; aunque, siendo mis intereses la literatura, el rol, el cómic y un montón de frikadas varias, seguro que acabaré hablando más de eso que de religión y política (que tengo menos idea y menos interés), y puede que de vez en cuando mencione algo de mis propios libros y proyectos. Que hace ya mucho tiempo desde que tuve un blog y desde que lo dejé de lado.

Lo que sí tengo claro —para eso le he tomado el título prestado a Joaquin— es que éste no va a ser un blog de esos de «consejos vendo que para mí no tengo» que tanto abundan. Ni voy a enseñar los diez trucos para ser un superventas, ni las cinco cosas que se deben evitar para que no te salgan arrugas, ni los doce pasos para crear una partida de rol memorable. Para eso ya hay muchos doctores en internet.

Ahora bien, soy un viejo cascarrabias incluso desde que era niño —cuánto más ahora que ya soy viejo (y que encima me siento el doble de viejo de lo que soy)— y es probable que muchas veces se deje notar. Vamos, lo que ahora se ha dado por llamar hater, y que se ha llamado cascarrabias desde siempre, que no es un invento nuevo.

Pues eso, que a ver si alguna vez os puedo dar un poco la lata con mis paranoias.